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El Poder de la Oración: Entrando a la Presencia de Dios por el Camino Nuevo y Vivo

En la poderosa exposición del Dr. Martyn Lloyd-Jones sobre Hebreos 10:19-22, descubrimos la profunda realidad de la oración—no como un mero ejercicio psicológico o deber religioso, sino como el increíble privilegio de entrar en la misma presencia del Dios viviente.

El Notable Privilegio de la Oración

Hebreos 10:19-22 presenta una de las verdades más significativas sobre la oración en toda la Escritura:

"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura."

En este sermón, el Dr. Lloyd-Jones confronta un concepto erróneo común en el cristianismo moderno—que la oración es una actividad simple y fácil que requiere poco pensamiento o fundamento doctrinal. Como él explica, "Algunas personas dan la impresión de que la oración es algo simple y fácil... como si la oración fuera simple. Y he notado a lo largo de los años en grupos de discusión y clases y reuniones, cuando se presenta un problema, generalmente hay alguien presente que salta de inmediato y tiene una solución fácil. Dicen, ora al respecto como si la oración fuera simple y fácil."

El Doctor disipa esta noción, revelando que "en muchas formas, la oración es una de las cosas más difíciles en la vida cristiana." Lejos de ser una actividad casual, la oración representa el mayor esfuerzo posible de la humanidad—entrar en la misma presencia del Dios Todopoderoso.

Las Dificultades de la Verdadera Oración

El Dr. Lloyd-Jones identifica tres obstáculos principales que hacen de la oración un desafío tan profundo:

1. La Realidad de la Presencia de Dios

Primero, el Doctor nos recuerda lo que la oración verdaderamente significa: "La oración significa entrar en la misma presencia de Dios." Usando la imaginería del tabernáculo del Antiguo Testamento familiar para los lectores hebreos originales, el Dr. Lloyd-Jones explica que la oración significa entrar "al lugar santísimo"—el santuario más íntimo donde Dios mismo mora.

"Este es el gran tema de la Biblia," declara. "¿Quién puede morar con fuego consumidor? Pregunta Isaías, ¿quién subirá al monte del Señor? Dice un salmista. Esta es la mayor actividad en la que un hombre puede participar."

La asombrosa realidad de comparecer ante el Dios eterno y santo naturalmente crea vacilación e incertidumbre. Como el Dr. Lloyd-Jones explica, todos sabemos lo que es sentirse intimidado en la presencia de alguna gran persona terrenal—"Multiplica eso por infinito. Y ahí estamos tú y yo en la presencia de Dios y vamos a hablar con Dios."

2. Las Acusaciones de la Conciencia

La segunda dificultad involucra nuestra propia conciencia. El Dr. Lloyd-Jones nota que cuando intentamos orar, "tu conciencia comienza a hablar. Y te dice, ¿quién eres tú para orar a Dios? Has desobedecido a Dios. Has pecado contra él. No has pensado en él. Has sido egoísta."

Estas acusaciones no pueden simplemente descartarse—son verdaderas. Usando ejemplos de la Escritura como David en el Salmo 51 y el hijo pródigo, el Doctor demuestra que las acusaciones de la conciencia deben ser respondidas antes de que podamos orar con libertad.

3. La Contaminación del Pecado

Finalmente, Lloyd-Jones aborda nuestra corrupción más íntima: "Nuestro problema no es meramente que hacemos cosas que están mal. El verdadero problema es que tenemos tal naturaleza que tenemos el deseo de hacer tales cosas."

Esta contaminación es más profunda que los pecados individuales—es un problema fundamental de nuestra naturaleza. Como David quien oró, "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio," reconocemos que necesitamos más que perdón de pecados individuales; necesitamos una transformación completa de nuestro ser interior.

La Solución del Evangelio: Un Camino Nuevo y Vivo

Habiendo expuesto estas dificultades aparentemente insuperables, el Dr. Lloyd-Jones se dirige a la poderosa respuesta del evangelio. Él delinea varios requisitos esenciales para la verdadera oración:

1. Sinceridad Absoluta

Primero, debemos acercarnos a Dios con honestidad completa—"un corazón sincero." Como el Dr. Lloyd-Jones explica, "Debe ser un corazón sincero. Une mi corazón para alabar tu nombre. No sirve de nada intentar orar a menos que seamos absolutamente honestos y abiertos delante de Dios y no intentemos disimular o esconder nada."

El Doctor nos recuerda de Hebreos 4:12-13, que todas las cosas están "desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." Intentar esconder cualquier cosa de Dios es inútil y socava la verdadera oración.

2. El Camino Nuevo y Vivo

Pero la sinceridad sola no es suficiente. El Dr. Lloyd-Jones explica que necesitamos "un camino nuevo," el cual contrasta con el antiguo sistema sacrificial de la religión judía.

Usando una vívida analogía moderna, él compara esto con la diferencia entre serpentear por caminos congestionados de pueblo versus viajar por una autopista directa: "¿Qué pensarías de un hombre que ignorara la autopista, la ruta directa, y aún persistiera en dar vueltas y desperdiciar su tiempo y su energía y todo lo demás yendo por los caminos antiguos? Te reirías de él."

Cristo ha abierto un "camino nuevo y vivo" a través de su sacrificio, proveyendo acceso directo a Dios que el antiguo sistema ceremonial nunca pudo lograr.

3. El Fundamento de la Obra de Cristo

El Doctor explica por qué este camino es seguro, comparándolo con el sólido fundamento necesario para una carretera principal: "Sabes, necesitas un fundamento tan fuerte aquí que pueda llevar las almas de todas estas personas a través de los siglos. Y ningún hombre podría ser lo suficientemente fuerte para hacer eso."

El único fundamento adecuado es la encarnación, muerte y resurrección de Cristo:

La encarnación proveyó el mediador divino-humano: "Ningún sacerdote humano puede llevarnos a la presencia de Dios."

La muerte de Cristo en la cruz abrió el camino: "El camino está preparado. Pero ahora el camino tiene que ser abierto. Tiene que ser consagrado. ¿Y cuándo fue el gran día de apertura del camino nuevo y vivo? ¿Cuándo sucedió esto? ¿Dónde sucedió? Sucedió en la cruz en el monte del Calvario."

Su resurrección y ascensión aseguran acceso continuo: "Resucitó para justificarnos. Ha sacado a luz la vida y la inmortalidad. Ha ascendido, ha traspasado los cielos."

Orando con Confianza

El Dr. Lloyd-Jones enfatiza que a través de este camino nuevo y vivo, podemos acercarnos a Dios con confianza: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo."

Esta confianza se basa en varias verdades vitales:

Dios mismo hizo el camino: "Es él mismo quien ha hecho este camino... Es Dios quien ha hecho el camino y me pide y me invita a caminar por él. Puedo ir. Así que hazlo con confianza."

Nuestros pecados han sido tratados completamente: "Sí, soy un pecador. He hecho todas las cosas de las cuales tú, mi conciencia, me acusaste. Pero puedo decirte esto, que esos mismos pecados ya han recibido su castigo. Fueron puestos sobre el cordero de Dios por Dios mismo."

Hemos recibido una nueva naturaleza: "Es una de las doctrinas más centrales de este gran evangelio... El Espíritu Santo puede crearnos de nuevo, y podemos recibir una nueva naturaleza. Nos hacemos participantes de la naturaleza divina. Somos hijos de Dios."

Tenemos una respuesta a las acusaciones del diablo: "¿Cómo le respondes? Y no puedes responderle excepto en estos términos. El camino nuevo y vivo. Las grandes doctrinas de salvación que se encuentran en la Biblia... Toma otra. Vuestro adversario el diablo, como león rugiente dice Pedro, anda alrededor buscando a quien devorar. ¿Cómo le resistes? A quien resistid firmes en la fe, en la doctrina, las doctrinas de salvación."

La Necesidad de la Verdad Doctrinal

A lo largo de este sermón, el Dr. Lloyd-Jones enfatiza la importancia crítica de la sana doctrina para la oración efectiva. Él rechaza firmemente la noción moderna de que podemos dejar la doctrina a un lado y simplemente orar juntos:

"El enfoque del apóstol no es académico, no es teórico. Él estaba preocupado por ayudar a estas personas a vivir la vida cristiana. Por eso les escribió. Pero como digo, él sabía perfectamente bien que nadie puede vivir esta vida cristiana a menos que uno primero tenga un verdadero entendimiento de lo que nos hace cristianos."

Esta insistencia en el fundamento doctrinal explica por qué el Doctor comienza con exposición teológica antes de abordar la oración misma. Como él declara, "No puedes resistir al diablo sin doctrina, es imposible. Por eso la doctrina es esencial."

Conclusión: Nuestra Única Esperanza

El Dr. Lloyd-Jones concluye su mensaje con un conmovedor llamado a abrazar este poderoso medio de gracia:

"Mis queridos amigos, esta es nuestra única esperanza. En un tiempo como este, el brazo de carne nos fallará. No nos atrevemos a confiar en lo nuestro. La batalla contra nosotros es tan poderosa, es tan furiosa. Las fuerzas contra nosotros son tan fuertes. Tenemos una sola esperanza, y esa está en el Señor y en el poder de su fuerza, vestidos con su armadura, y orando sobre todo, para que la armadura se mantenga limpia y brillante. Orad sin cesar, y entonces tendremos nuestra victoria."

En un mundo que trivializa la oración o la reduce a mera psicología, el Dr. Lloyd-Jones nos recuerda su verdadera naturaleza—el extraordinario privilegio de entrar en la presencia de Dios a través de la obra consumada de Cristo. La oración no es simple, pero es poderosa—el arma suprema del creyente en la guerra espiritual y el medio por el cual experimentamos el poder transformador de Dios en nuestras vidas.

Como el Doctor afirma en sus palabras finales: "Por tanto, vayamos, y vengamos con confianza al lugar santísimo, por la sangre de Jesús, este glorioso camino nuevo y vivo. Ve a él en plena certidumbre de fe, y él te oirá, y te responderá, y te hará más que vencedor."

Preguntas Frecuentes

¿Qué hace difícil la oración según el Dr. Lloyd-Jones?

El Dr. Lloyd-Jones identifica tres dificultades principales: 1) La asombrosa realidad de entrar en la santa presencia de Dios, 2) Las acusaciones de nuestra conciencia respecto a nuestros pecados, y 3) La profunda contaminación del pecado dentro de nuestra naturaleza que nos hace no aptos para la presencia de Dios.

¿Cómo aborda el evangelio las dificultades de la oración?

El evangelio provee "un camino nuevo y vivo" a través de la obra de Cristo. Su encarnación, muerte en la cruz, resurrección y ascensión han establecido un camino permanente hacia la presencia de Dios. A través de la fe en Cristo, nuestros pecados son perdonados, nuestras conciencias limpiadas, y recibimos una nueva naturaleza.

¿Qué quiere decir el Dr. Lloyd-Jones con "un corazón sincero" en la oración?

Un "corazón sincero" se refiere a honestidad absoluta delante de Dios—no intentar esconder u ocultar nada, reconociendo que Dios ve todo. Esto significa confesar todos los pecados sin reserva y acercarse a Dios con completa sinceridad.

¿Cómo debemos responder a las acusaciones del diablo cuando oramos?

Según el Dr. Lloyd-Jones, resistimos al diablo "firmes en la fe"—permaneciendo firmemente sobre las doctrinas de salvación. Le decimos al acusador que Cristo ha muerto por nosotros, y por tanto sus acusaciones no tienen poder. Como John Newton escribió en el himno citado por Lloyd-Jones, le "decimos que tú has muerto."

¿Por qué el Dr. Lloyd-Jones enfatiza la doctrina en relación con la oración?

El Dr. Lloyd-Jones insiste en que la oración efectiva requiere sana doctrina porque no podemos acercarnos a Dios, responder a nuestra conciencia, vencer nuestra contaminación, o resistir al diablo sin entender y creer las verdades del evangelio. La oración no es solo una técnica sino que fluye de nuestro entendimiento de quién es Dios y lo que Cristo ha hecho.