¿Has Nacido de Nuevo?
7 Evidencias Bíblicas de la Regeneración
En su sermón clásico "El Nuevo Nacimiento", el gran predicador del siglo XX, Dr. Martyn Lloyd-Jones, expone la doctrina bíblica de la regeneración, o lo que significa "nacer de nuevo". Basándose en el encuentro de Jesús con Nicodemo en Juan 3 y otros pasajes clave de las Escrituras, Lloyd-Jones explica el cambio sobrenatural y trascendental que ocurre en el alma de una persona cuando es salva por gracia mediante la fe en Cristo.
A continuación, 7 evidencias esenciales que demuestran que una persona ha nacido de nuevo:
1. Un Cambio en la Disposición Fundamental
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5:17)
La regeneración no es un cambio superficial, sino una transformación profunda en la disposición y naturaleza fundamental de una persona. El viejo yo gobernado por el pecado muere y surge una nueva creación. Como afirma Lloyd-Jones:
"[La regeneración] es un cambio en la disposición fundamental del alma. No es un mero cambio en algunas de las facultades del alma. Es algo que está detrás de todo. Es esta disposición fundamental la que cambia."
2. La Santidad es Implantada
"Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14)
El nuevo nacimiento implanta la semilla de la santidad en el corazón. Hay un nuevo deseo y capacidad para vivir una vida justa que estaba ausente antes de la conversión. La santidad no es opcional sino esencial. Lloyd-Jones es enfático en este punto:
"La santidad es absolutamente esencial... Sin santidad, nadie verá al Señor. Es imposible. Y es en la regeneración donde esta santidad es implantada en nosotros en esta nueva vida. Es una vida santa, un principio santo que es colocado dentro de nosotros."
3. Enemistad con el Pecado
"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis." (Gálatas 5:17)
En la carne éramos amantes del pecado. Pero el nuevo nacimiento trae una nueva naturaleza que está en enemistad con el pecado. Ahora hay una guerra interior mientras el Espíritu batalla contra el pecado remanente. Como lo expresa Lloyd-Jones de manera pintoresca:
"Pareces tener dos naturalezas en un solo árbol. Pero si podas lo viejo, lo nuevo gradualmente dominará el todo."
4. Percepción Espiritual
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." (1 Corintios 2:14)
Antes del nuevo nacimiento, una persona carece de la capacidad de ver y saborear verdaderamente las realidades espirituales. Pero la regeneración abre los ojos ciegos para contemplar la gloria de Cristo. Lloyd-Jones dice del incrédulo:
"La mente natural no entiende las cosas del espíritu de Dios... [Pero] el llamado se vuelve eficaz porque ahora hay en esta persona un principio que no estaba antes y que le permite responder a esta verdad espiritual, esta verdad divina que le llega."
5. Amor por el Pueblo de Dios
"Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte." (1 Juan 3:14)
Una señal segura de la regeneración es un nuevo amor por el pueblo de Dios. Aquellos que antes despreciaban a los cristianos ahora se deleitan en su presencia. Amar al Padre es amar a Sus hijos. Lloyd-Jones afirma:
"Dios es santo. Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas. La vida eterna es conocerle y tener comunión con él. Y por lo tanto necesariamente significa que mi naturaleza debe corresponder. Debe haber algo en mí que corresponda a eso y pueda disfrutarlo."
6. Perseverancia en la Fe
"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo." (Filipenses 1:6)
La regeneración es una obra de gracia duradera e irreversible. Los nacidos de nuevo pueden tropezar pero nunca caerán definitivamente. La semilla de la vida eterna no puede ser desarraigada. Lloyd-Jones corrige un malentendido común en este punto:
"Incluso entonces él no vuelve a donde estaba antes. El hombre ha nacido de nuevo... Un cambio ha ocurrido y el cambio sigue ahí. No lo está manifestando completamente, pero está ahí."
7. Semejanza a Cristo
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor." (2 Corintios 3:18)
El objetivo y resultado final del nuevo nacimiento es conformarnos a la imagen de Cristo. La regeneración marca el comienzo de una transformación progresiva donde crecemos en santidad y semejanza a Cristo hasta que lo veamos cara a cara. Lloyd-Jones resume:
"La obra está dentro de nosotros y somos cambiados. Ya no somos los mismos... Somos transformados, como dice el himno, de gloria en gloria hasta que tomemos nuestro lugar en el cielo. La obra está dentro de nosotros y somos cambiados."
Conclusión
En este sermón, Lloyd-Jones penetra hasta el corazón de lo que verdaderamente implica la regeneración. No es nada menos que Dios realizando una resurrección espiritual en un alma muerta a través del poder de Su Espíritu. Las 7 evidencias descritas sirven tanto como diagnóstico para evaluar nuestra condición espiritual como descripción del tipo de nueva vida comprada para nosotros mediante la sangre de Cristo.
Lo que está en juego es eternamente importante. Como Jesús le dijo solemnemente a Nicodemo, "El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). El nuevo nacimiento no es una doctrina periférica sino la misma fuente de la cual fluye la vida cristiana. Porque como declara Lloyd-Jones, "la regeneración debe venir en esta etapa particular, porque si me fuera posible hacer algo que eventualmente me llevara a mi regeneración, entonces no necesitaría regeneración."
¿Ha obrado Dios el milagro de la regeneración en tu alma? ¿Demuestras las evidencias bíblicas del nuevo nacimiento? Que el Señor nos conceda la gracia de examinarnos a nosotros mismos y regocijarnos con asombro si hemos nacido de nuevo a una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo.