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Sermón #5778

Oración

Un sermón Hechos 4:1-37

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Escritura

Hechos 4:1-37 RVR09

1Y HABLANDO ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del templo, y los Saduceos,

2Resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de los muertos.

3Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era …

1Y HABLANDO ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del templo, y los Saduceos,

2Resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de los muertos.

3Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.

4Mas muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fué el número de los varones como cinco mil.

5Y aconteció al día siguiente, que se juntaron en Jerusalem los príncipes de ellos, y los ancianos, y los escribas;

6Y Anás, príncipe de los sacerdotes, y Caifás, y Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje sacerdotal;

7Y haciéndolos presentar en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, ó en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?

8Entonce Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Príncipes del pueblo, y ancianos de Israel:

9Pues que somos hoy demandados acerca del beneficio hecho á un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado,

10Sea notorio á todos vosotros, y á todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, al que vosotros crucificasteis y Dios le resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

11Este es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo.

12Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.

13Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.

14Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba con ellos, no podían decir nada en contra.

15Mas les mandaron que se saliesen fuera del concilio; y conferían entre sí,

16Diciendo: ¿Qué hemos de hacer á estos hombres? porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria á todos los que moran en Jerusalem, y no lo podemos negar.

17Todavía, porque no se divulgue más por el pueblo, amenacémoslos, que no hablen de aquí adelante á hombre alguno en este nombre.

18Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.

19Entonces Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes á vosotros que á Dios:

20Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

21Ellos entonces los despacharon amenazándolos, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo; porque todos glorificaban á Dios de lo que había sido hecho.

22Porque el hombre en quien había sido hecho este milagro de sanidad, era de más de cuarenta años.

23Y sueltos, vinieron á los suyos, y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.

24Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz á Dios, y dijeron: Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, la mar, y todo lo que en ellos hay;

25Que por boca de David, tu siervo, dijiste:

¿Por qué han bramado las gentes,

Y los pueblos han pensado cosas vanas?

26Asistieron los reyes de la tierra,

Y los príncipes se juntaron en uno

Contra el Señor, y contra su Cristo.

27Porque verdaderamente se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel,

28Para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho.

29Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da á tus siervos que con toda confianza hablen tu palabra;

30Que extiendas tu mano á que sanidades, y milagros, y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús.

31Y como hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la palabra de Dios con confianza.

32Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.

33Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo; y gran gracia era en todos ellos.

34Que ningún necesitado había entre ellos: porque todos los que poseían heredades ó casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,

35Y lo ponían á los pies de los apóstoles; y era repartido á cada uno según que había menester.

36Entonces José, que fué llamado de los apóstoles por sobrenombre, Bernabé, (que es interpretado, Hijo de consolación) Levita, natural de Cipro,

37Como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y púsolo á los pies de los apóstoles.

Descripción del Sermón

Mira la primera persecución de la iglesia cristiana primitiva. En este sermón sobre Hechos 4:1-37 titulado "Oración", el Dr. Martyn Lloyd-Jones proclama que no es la banca, ni la gente, lo que determina el mensaje que se predica. Este sermón examina más de cerca cuál es el secreto de la oración y cómo se debe orar. Las oraciones no deben comenzar con una persona, sino con Dios. Los cristianos deben aprender a comenzar sus oraciones recordando y alabando a Aquel a quien están orando. La oración es entrar en la presencia de Dios. Acércate a Él en adoración. Uno no puede enfocarse en sí mismo y sus problemas, sino que debe mirar al Dios que controla todo, incluso a Sus enemigos. Mientras que la mano del hombre ejecuta las obras, es el propósito de Dios el que las planea. La iglesia no pertenece a las personas. Cuando viene la persecución, no es persona contra persona, sino más bien persona contra Dios mismo. Mira la oración del Salmista en el segundo capítulo y observa dónde está su preocupación. Dios es quien mueve y sacude. "No hay dificultad en [entender] los milagros si crees en un Dios Todopoderoso". Hay gran unidad en Jesucristo.

Desglose del Sermón

La iglesia primitiva enfrentó persecución y oposición desde el principio.
Pedro y Juan fueron arrestados por predicar acerca de Jesús y su resurrección.
Las autoridades les ordenaron no hablar ni enseñar más en el nombre de Jesús.
Pedro y Juan volvieron a su compañía, la iglesia, y reportaron lo sucedido.
La iglesia oró a Dios, comenzando con adoración y alabanza.
Reconocieron a Dios como el creador todopoderoso y sustentador del universo.
Reconocieron que la crucifixión de Jesús fue según el plan predeterminado de Dios.
Comprendieron que la oposición no era contra ellos sino contra Dios y Su Cristo.
Oraron pidiendo denuedo para continuar predicando el evangelio a pesar de las amenazas.
El lugar donde oraban fue sacudido, mostrando el poder de Dios y confirmando su oración.
Fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron la palabra de Dios con denuedo.
Los creyentes eran de un corazón y un alma, compartiendo sus posesiones unos con otros.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección de Jesús con gran poder y gracia.
Necesitamos el poder y la llenura del Espíritu Santo hoy como la iglesia primitiva.
Cuando el Espíritu de Dios se mueve, sacude y aviva a Su pueblo y luego sacude al mundo.

Sermon Q&A

Dr. Martyn Lloyd-Jones on Prayer and Church Revival: Questions and Answers

What can modern Christians learn from the early church's response to persecution?

According to Dr. Lloyd-Jones, modern Christians can learn that when facing opposition, the early church didn't resort to strategies like appeasement, watering down their message, or forming committees. Instead, they immediately turned to prayer. The early believers "didn't waste a second in any proposals and counter proposals and investigations and examinations and committees and commissions." They recognized that "if God doesn't intervene, we are finished," and therefore their first and primary response was to pray with one accord.

How should Christians approach prayer according to Dr. Lloyd-Jones?

Dr. Lloyd-Jones teaches that Christians should approach prayer by beginning with worship and adoration of God, not with their own problems. He says, "The first thing that you and I must always do when we pray is to remember the one to whom we are praying—the Lord God Almighty." He criticizes the common approach where people "rush into his presence and we start and end with ourselves." Instead, believers should first acknowledge God's greatness, power, and sovereignty before presenting their requests.

What was unique about how the early Christians viewed their persecution?

The early Christians viewed their persecution not as a personal attack against them but as opposition to God Himself. As Lloyd-Jones explains, "They have the great spiritual wisdom and understanding to realize that the problem wasn't their problem at all." They understood that "these men are not against us... They're against thee. They're against the Lord and against his Christ." This perspective allowed them to see their difficulties in the proper context—as part of a larger spiritual battle.

What did the early Christians request from God in their prayer?

Rather than asking for comfort or for God to remove their difficulties, the early Christians asked for boldness to continue their ministry: "Lord, grant unto thy servants that with all boldness they may speak thy word by stretching forth thine hand to heal." They didn't ask for personal protection or ease but for power to continue proclaiming Christ despite opposition. Their focus was on God's glory and the advancement of His kingdom, not their own safety or comfort.

What happens when believers are filled with the Holy Spirit according to the sermon?

According to Lloyd-Jones, when believers are filled with the Holy Spirit, several things happen: 1. They receive "absolute certainty and assurance concerning the things of God" 2. Unity comes naturally among believers ("they were of one heart and of one soul") 3. They witness with power ("gave the apostles witness of the resurrection") 4. "Great grace" comes upon them 5. They may be "shaken out of complacency" and experience a "baptism of love and of blessing and of power"

What does Dr. Lloyd-Jones identify as the greatest need of the modern church?

Dr. Lloyd-Jones identifies the greatest need of the modern church as a fresh filling of the Holy Spirit—the same kind of spiritual power that energized the early church. He states: "Every revival of religion is another filling with the Holy Ghost. It is another descent of the power." He emphasizes that the church needs to "come to an end of ourselves and our little resources" and realize "that nothing is of any value except the power of the Lord manifested and demonstrated amongst us all."

How does Dr. Lloyd-Jones explain the physical shaking of the building in Acts 4?

Dr. Lloyd-Jones argues for a literal interpretation of the building being shaken when the early Christians prayed. He defends the miraculous nature of this event, saying, "I have no difficulty with miracles. I believe in a God who is almighty, and I can't believe that a God who is almighty can't act directly at times if he wants to do so." He even draws a parallel to his own experience during WWII when Westminster Chapel was physically shaken by a bomb, suggesting that if man-made weapons can shake buildings, God certainly can too.

What is the relationship between prayer and church unity according to the sermon?

According to Lloyd-Jones, true church unity comes not through organizational efforts or ecumenical conferences but through the Holy Spirit's work when believers pray. He explains that when Christians are "filled with the Holy Ghost, they're all looking into the face of Christ. They haven't got time to look at one another." This shared focus on Christ creates "the unity of the Spirit in the bond of peace," which Lloyd-Jones calls "the only unity that's worth talking about," while dismissing organizational efforts as "artificial and man-made."

Predicación Itinerante

Dr. Martyn Lloyd-Jones

El Dr. Martyn Lloyd-Jones (1899-1981) fue un ministro evangélico galés que predicó y enseñó en la tradición Reformada. Su ministerio principal fue en Westminster Chapel, en el centro de Londres, desde 1939-1968, donde impartió exposiciones de varios años sobre libros de la Biblia como Romanos, Efesios y el Evangelio de Juan. Además de la colección del Fideicomiso MLJ de 1,600 de estos sermones en formato de audio, la mayoría de estas grandes series de sermones están disponibles en forma de libro (incluyendo una colección de 14 volúmenes de los sermones de Romanos), así como otras series como "Depresión Espiritual", "Estudios sobre el Sermón del Monte" y "Grandes Doctrinas Bíblicas". Es considerado por muchos líderes evangélicos de hoy como una autoridad en la verdad bíblica y la suficiencia de las Escrituras.

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